12 de febrero de 2010


“He comprobado que casi todo lo que se ha escrito sobre el amor es cierto; Shakespeare dijo “los viajes terminan con el encuentro de los enamorados” Qué idea más extraordinaria. Personalmente nunca he experimentado nada ni remotamente parecido a eso, pero estoy convencida de que Shakespeare sí. Supongo que pienso en el amor más de lo que debería, me admira constantemente su abrumador poder de alterar y definir nuestras vidas. También fue Shakespeare quien dijo que el amor es ciego. Pues bien, estoy segura de que eso es verdad.
Para algunas personas, de forma inexplicable, el amor se apaga. Para otras, el amor sencillamente se va. Si bien es cierto, por supuesto, que el amor también puede encontrarse, aunque sea solo por una noche. Sin embargo, existe otra clase de amor, el más cruel, aquel que prácticamente mata a sus víctimas. Se llama amor no correspondido, (y en ese apartado, soy una experta). La mayoría de historias de amor hablan de personas que se enamoran entre sí, pero, ¿qué pasa con los demás? ¿quién cuenta nuestra historia? La de aquellos que nos enamoramos solos, somos víctimas de una aventura unilateral, somos los malditos de los seres queridos, los seres no queridos, los heridos que se valen por sí mismos, los discapacitados sin plaza de aparcamiento reservada. Sí, estáis viendo a una de estas personas…
Entiendo lo que es sentirse lo mas pequeño e insignificante posible. Y como puede doler en sitios que ni siquiera sabías que tenías dentro de ti. Y no importa cuantos cortes de pelo nuevos te hagas, ni a cuantos gimnasios te apuntes, ni cuantas copas de Chardonnay bebas con las amigas… aun así te vas a la cama repasando cada detalle e intentas adivinar qué hiciste mal o qué has podido mal interpretar… y como coño has podido pensar que en ese momento eras feliz. Y hay veces que incluso te puedes convencer de que él verá la luz y aparecerá en tu puerta. Y, después de todo, y independientemente de lo largo que sea esto, llegarás a un sitio totalmente nuevo, y conocerás gente que te harán sentir valiosa de nuevo. Y pequeñas partes de tu alma volverá. Y entonces todos esos momentos todos esos años perdidos comenzarán a desaparecer…” – El descanso (The holiday)

10 de febrero de 2010


UNA SEMANA: Hoy hace una semana que he nacido. Qué alegría haber llegado a este mundo.
UN MES: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.
DOS MESES: Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta y con sus ojos me dijo adiós. Espero que mi nueva familia humana me cuide tan bien como ella me ha dicho que harán.
CUATRO MESES: He crecido rápido, y todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como hermanitos. Somos todos muy inquietos, ellos me tiran de la cola y yo los muerdo jugando, Nos divertimos mucho!
CINCO MESES: Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí dentro de la casa, pero nunca me habían dicho dónde hacerlo. Además duermo adentro. y ya no me aguantaba más!
OCHO MESES: Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar, y me siento tan protegido. Mi familia humana me quiere y me deja hacer muchas cosas. Y el jardín de casa es todo para mi. Creo que nunca hago nada mal porque nunca me dicen nada
DOCE MESES: Hoy cumplí un año. ¡Soy un perro adulto! Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos esperaban. Seguro que se sienten orgullosos de mí.
TRECE MESES: Que mal me sentí hoy. Mi hermanito, uno de los niños, me quitó la pelotita. ¡Yo nunca le quito sus juguetes! Así que se la quité, pero mis mandíbulas se han hecho fuertes y le hice daño sin querer. El gritó y lloró y yo me sentí muy triste. Después del susto me encadenaron casi sin poder moverme. Hacía mucho sol y tenía mucho calor y no había agua cerca, Y les oí decir que iban a tenerme en observación o algo así,que soy un desagradecido. No entiendo nada.
QUINCE MESES: Ya nada es igual. Vivo en la terrasa y me siento muy solo. No se por qué mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed, y cuando llueve no tengo ningún techo donde asi no pueda mojarme
DIECISEIS MESES: Hoy me bajaron de la terrasa. Me puse muy contento de que me perdonaron, y daba saltos de gusto, y movía la cola como nunca. ¡Y además me van a llevar de paseo! Me suben en el coche y espero a ver a dónde me llevan, tengo muchas ganas de correr y jugar con mi familia...Paramos, abrieron la puerta y yo me bajé feliz. Estábamos en la carretera, y pensé que pasaríamos un día estupendo. No entiendo por qué cerraron la puerta y se fueron. ¡Esperenme!, les grité, ¡se estan olvidando de mi! Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas, iba viendo que no podría alcanzarlos, que no podía correr más y el coche se iba haciendo pequeñito. Me habían olvidado.
DIESISIETE MESES: He intentado encontrar el camino para volver a casa y no lo he conseguido. Estoy perdido. A veces me encuentro con gente buena que me mira triste y me da algo de comer. Yo les doy las gracias con la mirada, y les digo que querría que me adoptaran, que les prometo ser leal como nadie.. pero sólo dicen "pobre perrito, se debe haber perdido". Y se van.
DIECIOCHO MESES: Es otro día pasé por un colegio y vi a muchos niños como mis antiguos hermanitos. Me acerqué y un grupo de ellos, riéndose, me lanzaron piedras, "a ver quien tiene mejor puntería", decían. Una de las piedras me dio en un ojo y ya casi no puedo ver con el.
DIECINUEVE MESES: Ahora ya no se me acerca casi nadie, creo que es porque ya no soy un perro bonito. Estoy muy flaco, perdí mi ojo, tengo alguna herida de algún perro más fuerte que me mordió cuando intentaba comer y hace mucho que nadie me cepilla el pelo. La gente no me acaricia. Últimamente lo que abundan son los escobazos que me dan cuando intento dormir un poco a la sombra de alguna vereda de sus casas
VEINTE MESES: Casi no puedo moverme. Hoy intenté cruzar la calle por donde pasan coches y uno me atropelló. Aunque yo creo que estaba en un lugar seguro.. y no olvidaré la mirada de satisfacción del conductor. ¡hubiera querido que me matara! ... pero, sólo me dislocó la cadera y el dolor es horrible. Mis patas traseras no se movían, así que con mucha dificultad me arrastré hacia el borde del camino, donde había un poco de pasto. Llevo diez días bajo el sol, la lluvia y el frío, sin comer. Ya no me puedo mover nada, el dolor es insoportable. Me siento muy mal, cuando llovió yo como no podía moverme estuve mojado muchísimo tiempo, y creo que mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa sin verme, otros me dicen"no te acerques".. ¡pero si ni me puedo mover! .Ya casi estoy inconsciente, una fuerza extraña me hizo abrir los ojos. Una mujer muy dulce me decía "pobre perrito, cómo te han dejado". Junto a ella venía un señor de bata blanca, que empezó a tocarme y dijo "lo siento señora, pero esto ya no tiene solución, es mejor que deje de sufrir". A la señora se le soltaron las lágrimas, y como pude, moví la cola agradeciéndole que me ayudara a descansar. Sentí un pinchazo de la inyección y me dormí mientras ella me acariciaba la cabeza
. . . Y ASI NUNCA MAS DESPERTE.